when she was just a girl...

She dreamed of para-para-paradise, every time she closed her eyes.

26 jun 2012

Nuevo, II

Su hermano no está en casa cuando llega, y cuando lo llama, con la voz quebrada, y no recibe respuesta, se siente pequeña de nuevo. ¿Dónde está la ayuda? ¿A quién le contará lo ocurrido? Deja las llaves en la entrada, en ese plato hortera que su hermano guarda porque se lo regaló su abuela cuando eran pequeños, y  camina hasta la cocina, donde prepara la cena, cena que consiste en una ensalada muy simple, que ella ni siquiera prueba. 

Deja un plato encima de la mesa por si cuando vuelva él tiene hambre, y comienza a quitarse la ropa lentamente, mientras camina hacia el dormitorio de su hermano. Deja la ropa en un cesto enorme que hay junto a la puerta y coge ropa interior limpia de su mochila, caminando luego hacia el baño. Le pica la piel, siente la garganta seca y le cuesta mantener los ojos abiertos. No entiende lo que pasa, pero sabe que le sentará bien un baño. Deja que el agua llena la bañera y se mete dentro, agua caliente acariciando su piel mientras el agua sube. Se encoge, abrazando sus rodillas, y tras unos minutos, cuando el agua ya llega hasta su cintura, comienza a rascarse el brazo, las piernas, y más tarde el cuello. Rasca, araña, siente menos picor por momentos. Abre los ojos que había cerrado mientras se aliviaba y ve en el agua las manchas rojas de la sangre de las ronchas. Se ha pasado, pero al menos se siente mucho mejor ahora. Lava con cuidado las heridas, siseando cuando con el jabón escuecen, y cuando termina, se deja caer poco a poco hasta que su cabeza se ha sumergido del todo.

Why do you come here, when you know it makes things hard for me?

No es necesario que aguante la respiración, porque la imagen que asalta su mente después se la corta de golpe y porrazo. De nuevo los tatuajes, los ojos grises observando, la sonrisa levantando las líneas de la cara, líneas negras, largas y perfectas, tatuajes que sobrevolaban las facciones. No había visto nunca nada así, y el hecho de haberlo visto y haber sentido todo lo que había sentido, hacía que su mente quisiese explotar. Abre los ojos bajo el agua, y ve algo sobre ella, un rostro, distorsionado por el agua y por las ondas en esta. Quiere inhalar de la sorpresa, pero lo único que consigue es tragar agua por la nariz y por la boca, consiguiendo probar el sabor del agua enjabonada y la sangre. Sale del agua, sentándose de golpe, y su hermano le pone una mano en el hombro. No hablan casi nada, solo la ayuda a levantarse y la llama idiota y suicida varias veces. Se mete en la cama con una camiseta vieja de él, y no espera a que venga a dormir con ella, no es uno de esos días en los que conversarían hasta tarde. Además, mañana tiene instituto.

Se levanta antes de lo previsto, sintiendo la respiración de su hermano muy cerca, lenta y pausada, dormida, como él. Suspira y siente picor de nuevo, así que se dirige al baño. Cuando se lava la cara, sin secarla del todo, se mira en el espejo, y por un momento, le parece que son grises los ojos que la observan. Se lava la cara de nuevo.

And why send me silly notes?

Llega al instituto con la mochila al hombro y totalmente ida. No está atenta en clase, no responde a preguntas, y no habla en general. ¿Para qué? Si lo único que diría tendría que ver con sucesos del día anterior. Todo le recuerda a él. Como si le dejase notas en todas partes, recordatorios de lo que vio en ella y ella en él. Cuando esa tarde llega a casa, a su casa, y su madre no está, y su padre más de lo mismo, suspira. Razones por las cuales casi podría decirse que vive con su hermano, hay muchas, y esas son una de ellas. Si la viesen así como está, ida y preocupada porque su cuerpo pica, arde y no para de sentir cómo su sangre fluye más deprisa. Podría tener fiebre, y ellos estarían más interesados en sus respectivos trabajos y en sus respectivas aventuras, porque vamos, ella se da cuenta, y su hermano lo hizo antes que ella, y por eso se marchó al centro. Esa noche, cuando se va a dormir, el antebrazo le pica demasiado, y llega un momento que nota la sangre en los dedos. Las lágrimas la asaltan, y se levanta para dirigirse al baño. Aún no hay nadie en casa, así que cuando se lava con jabón no evita algún grito pequeño que escapa de entre sus labios. Cuando termina de limpiarse se fija bien, y ve su sangre más oscura de lo normal, ve el color negruzco que sale de las heridas, y por una vez ve las formas. No parecen heridas, pero duelen como tal. Parecen dibujos, tatuajes. Se mira al espejo, y de nuevo unos ojos grises la observan. No son suyos. Son de él.



n/a: Pues eso, segunda parte. Pronto la tercera, porque estoy ya ansiosa por terminarlo y eso, damn it. Besos, monitos

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SHOOT, BABE.